sábado, 9 de noviembre de 2013

Recuerdos

Aún hoy puedo sentir tu suspiro mientras me miras desde abajo, con tu cabeza apoyada en mi zapatilla. Me muevo y me hace cosquillas un pelo largo y blanco que se ha posado entre mi chaleco y el pañuelo, y maldigo el día en que los maldecía, amenazando con la boquita pequeña que iba a rapar tu largo plumero que hace las veces de molinillo para detener tu carrera mágica de todos los días por el patio. Estarás bien y estaré bien. Probablemente lo estés ya, y me alegro, pero te echo de menos.