lunes, 9 de junio de 2014

Silencio

En medio de una fresca madrugada, una manga fina te puede dar la vida: Devolver el calor a aquellos brazos que notaron un frío viento y que hicieron olvidar el letargo en el que te hallabas, sumisa.

Estoy asomada en el balcón, apoyada en la baranda y echo de menos en mis dedos un cigarro que nunca tuve en ellos. Una calada larga y profunda debería servir de compañera ideal a la mirada fija en el horizonte de siluetas de torres y palmeras. La ciudad duerme. Al menos la mayoría... Pasa, a unos metros justo debajo, un chico presumiblemente de vuelta a casa, bien vestido, con una chaqueta oscura colgada en el brazo, camisa ceñida y paso firme. Canturrea. Es tarde la recogida para ser domingo. Me pregunto de donde viene y a qué hogar pertenece.¿Cuál será su historia? 

¿Qué hace?
¿Qué busca?
¿Qué espera?

Suena una sirena a lo lejos y luego el silencio... bendito, constante. Respiro.




Perfecto.

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