lunes, 19 de enero de 2015

En busca de la felicidad

La vida es fugaz, pero es rara la persona que le ha cogido el punto de velocidad exacta a la que vivir. ¿Realmente la hay? Yo, por ejemplo, la vivo acelerada, teniendo por oro los minutos que van pasando y las horas, cuentas de un ábaco hecho con piedras preciosas. A veces soy muy feliz, otras menos, pero siempre tengo el reloj metido... No sé como explicarlo... En las entrañas ¡Me comen los nervios! Otras personas, sin embargo, viven la vida en el placer de la tranquilidad de quien sabe que el tiempo pasa, pero que todo llega temprano o, a lo más tardar, tarde. 

Hoy me han contando algo sobre cuando muere la gente. Yo he visto a gente morir, la he visto muerta y a punto de hacerlo. Pero cada vez comprendo más que la gente que vive puede estar muy muerta; y que si un niño puede entender que en cualquier momento todos podemos morir y entristecerse por ello (maravillosa la respuesta de la madre no diciendo un simple "cuando eres viejito"), es muy muy maravilloso que una madre sea capaz de darle la vuelta a la tortilla y hacerle entender que es por eso por lo que es importante intentar ser feliz cada día. Vivir cada día, lento o rápido, pero vivir buscando la felicidad. 

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