miércoles, 11 de febrero de 2015

Relatos cortos: sarna con gusto

- ¡¡Dejadme!!- Gritaban sus ojos hundidos en las cuencas. Ojeras pastosas enmarcaban su mirada y el pestañeo de sus párpados tenía poco recorrido vertical.
Era un día cualquiera y se le estaba haciendo similar a una carrera de obstáculos para un parapléjico en silla de ruedas pequeñas y delgadas. Necesitaba un cigarro, encenderlo desnudo en el baño mientras se examinaba frente al espejo, delgado, echárselo al pecho y notar como el humo lo llenaba, el veneno lo invadía y lo mataba lentamente. Sigilosamente. 
Ese era su sino: un cuerpo indefenso ante el despecho de una industria, la química, que lo consumía desde dentro... Pero era su droga y no veía un mundo sin ella. Quizás lo dejara algún día, quizás... cuando las ruedas la silla fueran más grandes y robustas y la emoción de superar obstáculos ya no lo demacrara.

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