sábado, 7 de mayo de 2011

Naturaleza, divino tesoro.



Es cierto, puede que no sea naturaleza salvaje un parque en medio de una ciudad. No es una playa desierta ni una montaña traquila, pero pasear por un parque cuando te ahoga la ciudad o el salon de tu casa es una gozada...



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1 comentario:

  1. El ser humano no está hecho para vivir entre hormigón, aunque hayamos creado ciudades a las que, vulgarmente en mi opinión, se les llamen paisajes.
    La contemplación de la naturaleza provoca en nuestro instinto sensaciones de añoranza que muchas personas hoy no saben apreciar, o peor aun, no las identifican.
    El hombre dejó de pensar hace mucho tiempo en la naturaleza. Dejó de considerarse un ser inferior dominado por los dioses de las fuerzas naturales, para convertirse en el rey supremo de todo aquello que toca.
    Sentimos tranquilidad con solo el hecho de pisar un parque lleno de gente, pero se nos olvida todo, incluso dejamos de oír los coches. Los sentidos se agudizan conectándose con cada hoja, con el soplo del viento, la hierba recién cortada, el color de las flores... nuestra naturaleza animal tiene memoria, y la estamos obviando.

    Y entre muchas frases que te podría citar te dejo esta de Petrarca:
    "La naturaleza se convierte en paisaje para quien contempla con sentimiento"

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Gracias por comentar en Entalpías y hacerlo con respeto. ¡Que tengas muy buen día!