jueves, 8 de septiembre de 2016

Tampoco pido tanto

No me mires con los ojos llenos de pasado, ni me hables con palabras de verdades encerradas o esperes de mí un sonido diferente al de horizontes compartidos. No me cuentes si no quieres un segundo de tu vida, no me escuches un minuto, no me tientes ni me mientas, no me hagas de tu lecho una trenza de esperanza. 

Pero mírame con tus ojos, clávame tus pupilas y déjame perderme en ellas. Háblame lo que quieras y calla lo que debas, tiéntame todo lo que puedas y miente con mentiras piadosas. 
Vacíame.

Lléname... 

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