lunes, 29 de octubre de 2018

Habla del miedo.

Lo que acontece en la mente cuando existe una mala noticia solo lo sabe el que la recibe, por mucho que la ciencia se dedique a investigar la actividad cerebral. Las noticias negativas en cuestión de Salud tienen además una connotación importante de pérdida, con su correspondiente miedo, con su duelo y, en él, el enfado y el mandar a la mierda a la fuerza, sobrenatural o no, que ha llevado a esta situación a persona y familia.

Y aquí viene lo maravilloso del ser humano: la superación, la fortaleza y la piña social: enfrentarse a retos, diversificar el sufrimiento y superar miedos. Por último, dejar ir, marchar, apagar. 

Morir da miedo a la mayoría de la gente. Hay un libro del que creo que ya he hablado en alguna ocasión. Trata sobre el cáncer, pero sobretodo trata sobre la vida y sobre la muerte como parte de ella. En España es conocido entre los cineastas y los seguidores de un señor que estuvo veinte años luchando contra tumores desde que apenas era un chaval con catorce primaveras. Albert Espinosa resume como nadie el miedo a la enfermedad y la convivencia con la muerte, y lo hace desde la amabilidad y desde todo el positivismo que una situación así te permite. 

La verdad es que el mensaje es bonito, y ya he dicho que por mi profesión, la muerte me parece parte natural de la vida; pero nadie dijo que este mensaje fuera fácil ni que todas las muertes parezcan justas. 

En este mes de malas noticias, de bofetadas del destino e injusticias, me quedo con cuatro de las muchas reflexiones que Espinosa nos regala en su "Mundo Amarillo":

- No puedes perderle el miedo a algo si no hablas de ello.
- De las pérdidas siempre salen ganancias.
- Cuando alguien muere se transforma en la gente que ha conocido. Sus recuerdos perduran, su vida se divide entre la gente que lo conoció. Es como si se multiplicaran entra mucha gente.
- Es triste morir joven, pero lo verdaderamente triste es morir sin haber vivido. 

Hagamos por vivir. Hablemos de los miedos. Disfrutemos. El tiempo es finito y vida solo hay una.

Vivamos pues.