Entalpía es una magnitud termodinámica. Se refiere a la cantidad de energía que un sistema puede intercambiar con su entorno. En mi caso y haciendo alusión al intercambio con el entorno, este blog pretende ser un espacio abierto a pensamientos y noticias para compartir con el mundo que me rodea.
jueves, 28 de febrero de 2013
Feliz día de Andalucía
Desde entonces, mi barra de energía va, poco a poco, cambiando de los tonos rojizos de alarma estresante a un verde y blanco de equilibrio vegetal y de sosiego. La voy recargando con olor a leña y candela, con el frío sentir de los copos de nieve en mi cara, la buena compañía y el respirar aire de sierra y naturaleza. Qué bueno retornar a la calma, a la paz. En todos sus sentidos.
Gracias Anto, por brindarme la ocasión de vivir el veintiocho de febrero más bonito de los que recuerdo.
Feliz día de Andalucía desde Grazalema.
Andalucía por sí, para España y la humanidad.
martes, 26 de febrero de 2013
Bichejos entrañables
Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña... Habrá pocas canciones que cantara más en mi infancia que esta. Y allá que volaba y volaba la imaginación de aquella pulga de niña y veía a un ejército de paquidermos equilibristas. ¿No os pasa que a veces os miráis en el espejo y no os termináis de reconocer? Obiviamente en sentido figurado. En el literal, dicen que el humano está dentro del top 9 de animales que se pueden reconocer en la llamada prueba del espejo. A saber; humanos (un, dos, tres, responda otra vez), gorilas, chimpancés, delfines, bonobos (un tipo de mono), orcas, urracas (urracas!! Nunca hubiera dado un duro por ellas!), orangutanes y los elefantes.
Me encantan los elefantes. Son taaaaaan grandes. Me reportan mucha simpatía. Sí, sí, sé que cuando se enfadan y empiezan a mover su larga trompa para mamporrear al personal no es que rebocen simpatía precisamente, pero ¿quién no ha dado alguna vez un portazo en casa? A mi me parecen entrañables. Son felices con sus patazas y maxicuerpos retozando en el barro, con pocas o ninguna elucubraciones a pesar de sus seis kilos de masa gris y con un sin fin de cualidades atribuidas a seres inteligentes como los humanos y que muchos de éstos carecen por sí mismos. Altruístas, compasivos, juguetones, con capadidad para el duelo de la pérdida del ser querido...
Dicen que los osos... ¡pero los elefantes sí que son adorables!
martes, 19 de febrero de 2013
Días grises
Los días grises en color no son malos, pero cuando van acompañados con ánimos grises son los peores. Porque el gris es un color muy feo en los sentimientos. El día de hoy se levantó bien en ánimo y se va a acostar peor, seguro. Y ya, cuando la noche ha entrado por la ventana del salón me pregunto si no fue mejor tomar otras decisiones y me digo que, siendo tarde como es, ya no vale la pena siquiera buscar la tortura en forma de respuesta, porque nunca sabremos si el camino tomado fue mejor que el camino por tomar.
Supongo que es verdad aquello que dicen los poetas de que el cielo llora cuando el alma ya está seca y no puede dar más lágrimas de sí. Y a tí hoy te digo que esa lluvia de recuerdos que hoy inunda tus pensamientos dejará de doler y la vivirás con esa sonrisa que tantas veces te vi compartir con ella. Sólo y una vez más hay que apelar al amigo, al tiempo.
Mañana puede que un rayito de sol se cuele entre las nubes...
jueves, 14 de febrero de 2013
Declaración
Es cierto, tengo que confesarlo: No siempre es sencillo. No eres perfecto, ni yo tampoco. Ni te lo pido ni me lo pides. Y no todo en el escaparate es de color de rosa ni rojo pasión, como hoy se levantaron los negocios de medio primer mundo... pero eso es lo que más me gusta, mi vida a tu lado tiene un sin fin de colores.
Te quiero.
miércoles, 13 de febrero de 2013
Cuatro, cinco y seis... ¡Todos lo veréis!
Hoy ha sido una excepción. Fría la mañana y un gris en el ambiente han dado paso a sol y pocas nubes, aunque sigan las bajas temperaturas ahí afuera. Y en ánimos, hoy, como febrero, me encuentro fría. Habrá que encender una candelita para calentar un poco el alma. Pero en mala uva sí que ardo... Hoy me exprimen y echo vinagre en vez de mosto. Siempre ayuda una conversación amiga que haga de manta polar de la patata y un cafelito (o tila ya que estamos) que atempere la cabeza... Si es que la paciencia debe hacer acto de presencia en estos días descoloridos... y respirar hondo, profundo, una vez, y otra... Y calma... Respira... ¿Cómo era aquello de una famosa serie de televisión...? "Uno, dos y tres, yo me calmaré..."
Nota mental: prrrrrfffffff!!!!!! :P
domingo, 10 de febrero de 2013
¡Egoísta!
Y así es que verás una careta con cejas enjutas y las comisuras de los labios apuntando hacia el suelo. Esa es la representación de nuestro egoísmo malo, el llamado psicológico: algo que nos beneficia y que puede o no perjudicar a un segundo y a un tercero. Aquí lo importante es el yo, mi, me, conmigo. El resto no importa. El fin justifica los medios.
A parte surge un nuevo antifaz, esta vez con rostro sonriente y mirada limpia. Es el egoísmo ético, uno por el que el humano obtiene beneficio posterior a un acto bondadoso, noble, puro. Así, por ejemplo, un trabajador social, un enfermero o un profesor es tal porque LE gusta ayudar, cuidar o enseñar porque LE agrada hacerlo. No espera nada a cambio pero obtiene en realidad satisfacción por el acto en sí. Vale, llámalo altruismo si quieres.
Muchas ONGs cuentan en sus filas con estas personas... Es cuestión de decisión, como siempre. Y el mundo sería mucho mejor si hubiera más como esas gentes que, buscando su satisfacción personal, ayudan al prójimo.
Mis queridos... Seamos egoístas, ¡¡pero de los buenos!!
martes, 5 de febrero de 2013
Otro bache en tu camino
Otro bache que pasas, otra herida de guerra. Más fuerza para tu currículum. ¡Ánimo!
Mis pensamientos y el de todas las niñas están contigo entre batas y botes de suero. Un besote enorme desde aquí. Ya te lo daré mañana en persona, si nos dejan.
sábado, 2 de febrero de 2013
Ave migratoria
Entonces, construiría mi segunda residencia: un nidito de amor y desamor en un rinconcito de un edificio importante, alto, con señorío, lugar de visita obligada para el turista y el purista. Me pasaría las horas alrededor de las cámaras, siendo espectadora de lujo del ajetreo de un sin fin de humanos sacando fotos de mi otra morada. Posaría gratis para ellos, y seguro saldría la mar de guapa. Y, sólo cuando el eje de la tierra rondara de nuevo los 23 grados en el hemisferio y los días comenzasen a ser más cortos (qué le voy a hacer si soy un ave diurna) retomaría el camino a casa de la otra punta, a mi hogar, para darme un buen festín de reencuentro con mis amigas de coral a base de insectos, bichos y bichejos que, seguramente, no merecerían ni han merecido vez alguna el simple pero casi siempre placentero privilegio de vivir.
Volaré... Volaré... Volaré...