Son días de incertidumbre, pero no hay pena, solo algún nervio chispando de vez en cuando y alguna crisis de realidad perdida entre tanta teoría.
El alfiler dorado ahora acompaña, y los buenos deseos de gente buena también. Eso es el alfiler. Eso representa, por eso está presente, porque recuerda el apoyo de todos.
Y mientras tanto, mucha hormona campando a sus anchas y quizá señales poco luminosas de caminos a tomar.
Aquí, y ahora, me siento bien.