Vivimos tiempos de incertidumbre en esta Europa salpicada por el radicalismo, pensando que la intocabilidad de nuestras naciones eran hechos y no meras suposiciones. Y sin embargo, a pesar de tener miedo por lo que sabemos todos que va a seguir pasando, yo sé aún reconocer a un hijo de puta mal parido que a un hijo de musulman con honor y dolor por las muertes-dicen los malos- en su nombre.
El odio solo lleva a más odio. Seamos cautos. Seamos lógicos...
Pero lo más importante, seamos libres.