lunes, 30 de mayo de 2022

Sin sal

Lastre. Pendiendo de la capa una cadena pesada de sentimientos contradictorios, de pensamientos dislocuentes, de sensaciones asfixiantes. 
Ira. Enfado con el mundo, con la vida, con las personas que habitan los pasajes secretos de sus lóbulos y coronarias, con el pecho tan ardiendo que enciende una pastilla de carbón con sólo acercarse. 
Calma. Que repite y ecoriza en la cabeza que quiere estar vacía de resentimiento. Y mira el horizonte con paz, y guarda el pasado con anhelo, con tristeza de lo que pudo haber sido, con nostalgia de lo que ahora es. 
Lágrima de agua dulce, que ya por no poseer, ni sal tiene. 

viernes, 20 de mayo de 2022

Gritos silenciados

Los gritos ahogados son los peores que puedes tener. Por que no se oyen aunque abras la boca o entornes los ojos, o tengas la mirada llena de necesidad. 
Lo curioso es que, realmente, no es que no se oigan o no se vean. La cosa es que pasan desapercibidos por que la persona a la que van dirigida normalmente ha puesto un muro previamente a ese grito. 
Igual está camuflado en una llamada vana de teléfono, o en una caricia inusual en medio de una película, o en un enfado tonto por un vaso mal puesto en el lavaplatos. Está así, ahogado, pero presente para el que preste atención. 
Mal aliado es la prisa, mal aliado es la vergüenza, la despreocupación o el ombliguismo. 
Y los gritos ahogados que encuentran estos compañeros en frente, se hunden en los mares y no vuelven a intentar salir a flote en mucho tiempo, llenando los bolsillos de agua y el corazón de arena pesada. 

viernes, 13 de mayo de 2022

Tren

Que las personas pasamos por etapas diferentes es una cuestión poco discutida a la vez que poco mencionada y menos razonada. 

Bien es cierto que también hay otros cuya línea vital es más plana que plena, y mientras unos viven en la eterna juventud de locuras y azoteas poco amuebladas, otros nacen peinando canas y acumulando responsabilidades más que juguetes en la infancia. 

A mi me recuerda a veces a un vagón de metro. La gente va subiendo y bajando. En ocasiones, te encuentras con amigos o conocidos que pueden llegar a conectar contigo durante un tiempo, y hacerte sentir bien o mal. Pero de repente, se levantan y se bajan, y te dejan en el asiento mirando por la ventana mientras los ves alejarse y te ves alejarte entre túneles y railes. 
Otras veces, eres tú la que llega a la parada, y los demás se quedan en su viaje, pero el efecto es el mismo. 
Diferentes paradas, diferentes etapas. Diferente compañía. 

Y así debe ser, es facil de entender: Aunque quieras tomar otro destino, tu camino es ahora diferente porque tus circunstancias ahora son otras, y también lo son las de los otros viajeros. 

Cada uno con sus necesidades. 

-Lo difícil viene después.- Aceptarlo.