Que las personas pasamos por etapas diferentes es una cuestión poco discutida a la vez que poco mencionada y menos razonada.
Bien es cierto que también hay otros cuya línea vital es más plana que plena, y mientras unos viven en la eterna juventud de locuras y azoteas poco amuebladas, otros nacen peinando canas y acumulando responsabilidades más que juguetes en la infancia.
A mi me recuerda a veces a un vagón de metro. La gente va subiendo y bajando. En ocasiones, te encuentras con amigos o conocidos que pueden llegar a conectar contigo durante un tiempo, y hacerte sentir bien o mal. Pero de repente, se levantan y se bajan, y te dejan en el asiento mirando por la ventana mientras los ves alejarse y te ves alejarte entre túneles y railes.
Otras veces, eres tú la que llega a la parada, y los demás se quedan en su viaje, pero el efecto es el mismo.
Diferentes paradas, diferentes etapas. Diferente compañía.
Y así debe ser, es facil de entender: Aunque quieras tomar otro destino, tu camino es ahora diferente porque tus circunstancias ahora son otras, y también lo son las de los otros viajeros.
Cada uno con sus necesidades.
-Lo difícil viene después.- Aceptarlo.