domingo, 29 de mayo de 2016

QUEEN

No soy una apasionada de la música, pero me gusta mucho. Es una de esas cosas capaces de hacerme sentir emociones y darme felicidad. 
Cuando tenía unos once años mi hermano trajo a casa a un amigo que venía con una cinta de cassette y al colocarla en la radio empecé a reconocer una canción que alguna vez había oído. We will rock you me atrapó. Al poco, en casa había ya una cinta original de grandes éxitos propiedad de mi hermano: portada azul oscura con el escudo de Queen en dorado y un sin fin de canciones increíbles. Ya por esa época los Beatles ocupaban gran parte de mi escucha musical en un vinilo también recopilatorio, y ambos grupos habían desaparecido por la muerte de sus líderes. Soñé mucho tiempo en haber vivido otra época para poder asistir a sus conciertos y perdí el tren de ver actuar a Queen con Paul Rogers en el 2008. Pero ese tren ha vuelto a pasar ocho años después. 

Hace una semana vibre, canté, grité, lloré como una adolescente y me emocioné al recordar a un genio de la música que descubrí cuando ya dormía el sueño de la muerte. Estaba tan cerca de Brian May que casi podía tocarlo. Y Adam Lambert, ese chaval con una voz sensacional que a la primera oportunidad anunció que amaba a Freddie, que solo hubo un genio y quería solo rendirle un bonito tributo con la suerte de contar con la música maravillosa de Taylor y May. 
Y yo tengo que dar las gracias a mi hermano, que ha sido el que ha hecho posible vivir esta experiencia y tener la oportunidad de enseñaros unas fotos que ya guardo para siempre en mi retina...



domingo, 8 de mayo de 2016

Entre infinitivos


Texto extraído de la cuenta de Twitter de @Sergimas
Acabo de leer una frase de esas que te paran medio segundo el corazón y te abren millas la mente. La frase la tenéis justo al lado, y es de un periodista famoso del entretenimiento y el deporte rey en España (saludos a Sergi Mas). 

Los infinitivos son por definición formas verbales no finitas, que no hacen alusión a género ni número, y por tanto son usadas para una noción general o una idea, una acción o un deseo quizás. Me ha parecido tan acertado expresarse con vivir sólo con infinitivos que me he decidido a abrir el blog para compartirlo con quien quiera leerlo. 

El lenguaje es maravilloso. Yo, que soy de ciencias de la salud y me pirra cualquier cosa que tenga que ver con la anatomofisiología, con la psicosociología y con las tecnologías sanitarias, me quito el sombrero ante las formas de expresión que nuestra lengua materna proporcionan al escritor y al lector. Es tan bonito el castellano... Es tan bonito poder comunicarse.. Leer una frase, un texto, una palabra que te evoque sentimientos y te hagan mover las tuercas y tornillos de la mente... Ese veinte por ciento que en la comunicación- me decían en el colegio- que era el lenguaje no verbal, toma toda relevancia en las redes sociales, donde creo que hay un fifty-fifty en cuanto a intención del escritor y recepción del lector. 

Por eso me sumerjo en Twitter, por eso buceo entre periódicos a veces, por eso me encanta seguir los blogs de personas que no conozco. Por que me hacen sentir viva, y me recuerdan que existe una necesidad de expresión y de compartir vivencias que es fundamental para la salud humana. Se cierran círculos que se enlazan con otros. Todo tiene que ver con todo. 

Y en esa etapa en la que solo vives la vida entre infinitivos, me quedo con el último, Sergi, porque creo que envuelve todos aquellos que le preceden. Vivir cada día con el deseo y la acción de DISFRUTAR. 



viernes, 6 de mayo de 2016

En tres, dos, uno...

Esta semana ha sido complicada. Por muchas razones, las partes de un todo se han ido complicando una a una hasta hacer del viernes una meta que parecía lejana en el estrés del tiempo. Lo típico de que el vaso colmado va rebosando, y hay personas que abren todo un grifo de gotas. No sé cuántas veces he tenido que coger la fregona para recoger lo derramado. Y vuelta a empezar. 
Pero no, no culpo a nadie, cada uno tiene su cruz y lucha contra sus propios demonios y contra otros tantos que se encuentra en su día a día, pero a veces me cuesta respirar y tomarme las cosas con filosofía... Y necesito también algo de comprensión y de ayuda. Y poder perderme. Y encontrarme de nuevo. Y volverme a perder sin que eso suponga un holocausto o un apocalipsis. 

Porque es difícil remar contra marea, pero más difícil es si encima quienes tienen que ayudarte echan piedras en el bote. 





La desconexión mental se producirá en tres, dos, uno...