viernes, 1 de noviembre de 2019

Punto y a parte.

Y salté... Y da miedo, vértigo, incertidumbre y pena a partes iguales, pero a la vez me invade la ilusión... Y eso lo invade todo.

Dejo atrás a una persona que me ha enseñado muchas cosas, entre ellas que también hay humanos que, sin ser delicuentes, tienen el corazón negro y muy mala leche.
Ya eso no importa, vivo, respiro. Se que me va a ir bien, y se que voy a echar de menos a unos pocos de vivivisoles.

Y sin embargo lo que seguro que se, es que vuelvo a haber ampliado mi círculo y abierto horizontes.

Punto y a parte en lo laboral.

Punto y seguido en amistad.

martes, 17 de septiembre de 2019

Red

Cuando escucho la radio por las mañanas, las noticias de política (con el bloqueo del gobierno por los impresentables cabeza de partido), la economía (el ataque con drones al petróleo) y sucesos de sociedad (la DANA y sus nefastas y cada vez más frecuentes consecuencias, robos, muertes, enfermedades raras...) no puedo más que pensar qué mundo estamos dejando a los que vienen detrás, a nosotros en un futuro.

Hace nada, unos días, ha nacido Manuel, hijo de Mar y de Iván. Hijo de una generación que se está dando cuenta que el planeta ya no tiene solución y que tendremos que acostumbrarnos a vivir peor.

La economía vuelve a pararse, y yo me pregunto si lo público seguirá accionando puestos de trabajo necesarios en sanidad y educación; pilares fundamentales de la sociedad. Pero no puedo evitarlo. Son muchos años ya y quiero saltar.

Salto. Voy a saltar.

Esto es lo que mis tripas cada vez más me empujan a hacer

Saltaré, por que vida hay una.

Salto... Aun tengo red.

sábado, 17 de agosto de 2019

Ninfa

Cuando te conocí eras una ninfa enjaulada. Habitabas en un castillo de sueños sin alcanzar, de días largos, y las rejas te impedían irte a la fuente, al río, al mar.
Ahora veo una ninfa rejuvenecida, con un castillo de sueños alcanzados algunos y por alcanzar otros. Con un poder en tus manos y unas alas desplegadas. Las rejas ya solo te separan de lo que no quieres que entre en tu vida, y aunque hay mucho por recorrer, eres capaz de bañarte en las fuentes y en el mar con elegancia, sin apenas mojar tus plumas de oro.

Una vez más lo has hecho: has superado un año de dificultades, estás consiguiendo tus objetivos y, cada día mejor, conoces lo maravillosamente resiliente que puedes llegar a ser. Has conseguido dejar parte del peso en el camino, y no solo me refiero a los kilos.

Nueva vuelta al sol. Y yo te deseo mil cosas bonitas, pero sobre todo estas que te pongo en negrita, para que no se te olvide hacerlo cada día de este nuevo año:

Abrázate mucho, quiérete fuerte, mímate a diario, sé feliz. 

Sé inmensamente feliz. 

domingo, 23 de junio de 2019

Tradiciones

Mi tierra es a veces rancia,  lo reconozco.  Hoy lo hemos hablado mi padre y yo:  la decadencia del pueblo y de las tradiciones,  las citas anuales en torno a la iglesia de antaño. 
El corpus es una de esas fiestas que ya solo los que viven en el centro o son fieles a las hermandades lo acompañan,  y a veces ni eso.

Yo he vuelto tras años de ausencia a pisar las juncias, a ver la custodia pasear por el que siempre será mi barrio y a ver caras conocidas, las de siempre, algunas con más agrado que (muchas) otras.

Tradiciones que algún día se perderán pero que aún en el siglo de la comodidad y el ateísmo siguen levantando acordes religiosos de la banda musical un domingo por la mañana.

viernes, 17 de mayo de 2019

Recuerdos

Me ha saltado una publicación de un recuerdo de hace cuatro años en la cuenta personal de instagram. Es curioso lo que una Foto puede llegar a representar si no sabes lo que hay detrás, pero lo es más aún cuando sabes lo que esconde. Esconde lo mismo que hoy, sentimientos, un momento, un  lugar y una mirada concreta que también hoy me noto. 
A veces pienso que me escaneo demasiado. 
Y muchas veces que no sé elegir prioridades y que no sé hacerme escuchar: unas ahogo palabras, y otras no digo las correctas.
El ábaco va pasando fichas hacia un lado... lo bueno (o malo) es que se pueden volver a su inicio para volver a empezar, como los sentimientos de aquel día, en aquel momento, con aquella foto. Como lo que siento hoy.



lunes, 13 de mayo de 2019

Nueva

No puede ser mejor el título del post. Nueva vida, o vida renovada, nuevo hogar, nuevos horizontes y nueva filosofía. Bueno, la filosofía no es tan nueva:

Live the life you love, love the life you live. 

Te echaba de menos... ¡No me hagas echarte de más!

domingo, 7 de abril de 2019

Ego

Llevo un rato mirando la pantalla pensando en qué decir, qué escribir. Son tantos los pensamientos que me vienen que no sé ordenarlos, porque ni siquiera sé a cual ignorar y a cual ofrecer atención. Eso sí, el ocre está ahí, como un ladrillo en el bolsillo en medio de una marejada. Como una cuerda en la pezuña de un caballo de raza, pasional, fuerte. Leal. Opresora. 
¿El ego es positivo? Según Freud es el yo. Según el resto de teorizadores es negativo. 
El ego te impide ver más allá. El ego ciega y duele a otros. Es principio y final de relaciones. Es final y principio de la realidad en la que vivimos.

Tanto ego en el mundo que dejará de haber gente, para solo haber entes. 

domingo, 24 de marzo de 2019

Dicotomía

Mi cabeza da vueltas. Pensamientos van, chocan con el temporal y se van al occipital para acabar estrellándose de nuevo con el frontal. Siguen, no paran, aunque intente dejarlos aparcados en alguna neurona amiga. La tila tiene también poca fuerza de convicción para calmarlos, y solo la inconsciencia los detiene un rato, pero vuelven en sueños para traerme a la vigilia madrugadora. 
Me dicen que me ahogo en un vaso de agua, pero yo soy más de pensar que vale, nado con dificultad, me he dado alguna que otra ahogadilla pero aún respiro. A veces me planteo si me saldrán branquias de tanto meter la cabeza bajo el agua y gritar. O bajo la arena, cual avestruz. 
Es complicado vivir al día sin saber qué va a surgir cuando una tiene la manía de organizar la vida hasta al arbolito del salón.
Pero así estamos. A merced. 
A gusto, pero no tanto. Segura de que es lo mejor, pero no del todo. Pensando que controlo la situación, pero a veces no. Luchando contra mis nervios, pero dejándolos crecer. Viviendo de prisa, pero con pies de plomo. 

Respirando cuando se me corta la respiración. 

sábado, 2 de marzo de 2019

5 JOTAS

"Las emociones son elegibles". Eso dice una famosa psicóloga con miles de seguidores en redes sociales. Yo estoy de acuerdo a medias... Es cierto que se puede elegir estar más o menos triste, poner barreras a los sentimientos y a la forma en la que se expresan y reconducir a la mente a estados más pausados o más imparables. Pero con la felicidad plena, con esa, con esa no hay tu tía que la controle. La felicidad a veces tiene nombre de 5 jotas sin ser jamón, tiene olor a gloria y cuerpecito de bebé. Y eso de la felicidad plena es lo que tienen que estar sintiendo mis amigos Juanjo y Ana, por que su pequeño nació ayer y vino a traer más amor a sus vidas (y a la de sus titas).

Enhorabuena... Vuestra vida ha cambiado, es distinta, más llena, mejor. 

Larga vida, amigos, y feliz vida. 

Os quiero. 

viernes, 22 de febrero de 2019

Sin miedo

El hielo cubría el cristal del coche cuando bajó a primera hora de la mañana. Aún el sol no había clareado el cielo cuando se había obligado a tomar un café en el bar de abajo. Había helado no solo en la calle. Su sonrisa se había quedado congelada tras una llamada que prometía traer buenas nuevas y que se tornó en no tan buenas.
Las etapas se cierran. Es lo que pensó. Cierra puertas para abrir ventanas. Siguió pensando.
Aquel jarro de agua fría también había dejado petrificado su capacidad de resiliencia, al menos de momento. 
Necesitaba masticar todo lo que había pasado. Necesitaba pasar por la más absoluta ira para poder aceptar aquello que había cambiado su vida.
Un escalofrío le recorrió la espalda y de pronto quiso romper todo. No lo iba tolerar. No lo pondría fácil. Quizá perdería, sí, pero sería luchando. Caería alguna vez, sí, pero lo haría de pie. Ya se acabó la sumisión, se acabó quedarse en la servidumbre merced al temor que otros provocaban a su paso. El gesto de bajar la cabeza o mirar a otro lado se habían terminado. Su barbilla miraba al techo, firme, sin temblores, y las lágrimas seguían en su sitio.

Efectivamente esa era su arma, ya no tenía miedo. 

martes, 5 de febrero de 2019

Los días que quedan

Tengo, desde hace unos meses, necesidad de salir más allá del muro que me ata. Dos dias llevo horrorosamente compuestos de problemas sin fácil solución, y dos dias que llevo escondiendo la cabeza en la arena como lo haría un avestruz cuando llego (tarde) a casa. Me estallaría la mente si no lo hago, porque el estrés que acumulo pasa factura, pero lo mantengo a raya por mi salud mental. 
Cuento los días y los voy tachando en mi calendario, esperando que lo malo conocido no sea lo mejor. 
Y así han pasado sin gloria lunes y martes, y esperando me hallo al jueves porque mañana tampoco mejoran las borrascas que se posan allende los mares. ¡Qué hartura, muertesol! 

jueves, 3 de enero de 2019

Balances

3 de Enero. Siempre hay propósitos de año nuevo cuando llega el 3 de Enero. El 1 y el 2 casi son resacosos y, no nos engañemos, no cuentan como principio de nada sino como final de algo; pero el 3 empiezas a caer en la realidad de que el año anterior ha pasado y que tienes que acordarte de poner un número más en la fecha (sí, yo también estoy equivocándome al menos hasta marzo).
Claro, llega el deber momento de hacer el balance anual, por aquello de que a los humanos nos encanta cerrar y abrir etapas.
El mío ha sido positivo. Supongo que el hecho de haberme encontrado a mí misma en más de una ocasión ha sido clave para sentirme bien con mi 2018, pero tampoco voy a mentir y decir que nunca me he sentido perdida. Me he encontrado de nuevo entre agujas y curas, entre sueros y sondas. Me he encontrado de nuevo saboreando la soledad y disfrutando la compañía, y he visto más cerca la posibilidad de tres objetivos para el 2019, cuyo cumplimiento creía abocado al ostracismo más absoluto.

El año pasado deja en mi personalidad huellas importantes fruto de disgustos. He aprendido que sí que hay lobos con piel de cordero y lobos que realmente parecen más cabronazos con cuernos retorcidos, que ya lo decía mi hermano: una cabra es el bicho más malo que hay.
También deja en mi haber unas cuantas de amistades nuevas y otras renovadas, una familia (de sangre y no) creciente, y la claridad de ideas propia de la madurez en la que me hallo.
Qué diferente soy de aquella adulta que se vino a Sevilla hace unos años. ¿Mejor? No lo se. Pero creo que sí más feliz, y hay que tener en cuenta que en el momento en el que escribo esto estoy con la regla (Mini-punto para Carmen)

Y ya. Eso es todo lo que tengo que decir.