Es aquello de que las alegrías, si se comparten, se multiplican. De que la vida es cambio, evolución, adaptación, aceptación. Es nervios y calma tensa, y espera y expectación. Y dudas, cientos, que activan el sistema nervioso simpático y aceleran el impulso eléctrico para hacer latir el corazón más rápido.
Todo eso y más, y a veces menos, pero siempre sumando aunque parezca una incongruencia, un antónimo dentro del diccionario del día a día, donde sustantivos con nombres propios van formando y formándose con ese gran aliado que es el tiempo.