sábado, 22 de enero de 2022

Saltar en los charcos

Este texto no es mío. No se si quiera quién lo ha escrito (reeditaré aquí si lo llego a saber algún día), pero me parece tan necesario compartirlo, que no puedo más que copiarlo tal cual me lo dieron en una cuartilla, junto con tres muselinas, dos de las personas más importantes de mi niñez, que siguen siendo para mí como hermanas. 

Si hay algo que me repiten todas las madres es que lo achuche mucho, que lo abrace, que lo coja... Y ahora estoy escribiendo esto mirando de reojo el carro donde duerme Alejandro, esperando que despierte para poder besarlo. 

Por eso que tanto me repiten, y porque me resultan curiosos estos consejos (sí, a las madres también se le pueden dar consejos, ¡que ahora hay una corriente anti consejos que no la entiendo!) para una neófita de la maternidad. "...RESPIRA, serás madre toda la vida"


ENSÉÑALE las cosas importantes, las de verdad.

A SALTAR EN LOS CHARCOS. A observar los bichitos, a dar besos de mariposa y abrazos muy fuertes.

NO OLVIDES ESOS ABRAZOS Y NO SE LOS NIeGUES nUNCA, puede que dentro de unos años, los abrazos que más añores SEAN LOS QUE NO DISTE.

Dile CUÁNTO LO QUIERES siempre que lo pienses.

DÉJALE IMAGINAR, imagina con él.

DÉJALE LLORAR, llora con él.

LAS PAREDES SE PUEDEN volver a pintar

LOS OBJETOS SE ROMPEN y se reemplazan, pero los gritos duelen para siempre.

Puedes fregar los platos MÁS TARDE. Porque mientras limpias, él crece.

Él no necesita tantos juguetes. Trabaja menos ¡Y QUIERE MÁS!

Y SOBRE TODO RESPIRA, serás madre toda la vida, él SOLO SERÁ NIÑO UNA VEZ.


domingo, 16 de enero de 2022

Amor

He perdido la cuenta de los besos que te he dado, pero antes la perdí de aquellos que no te di, por miedo a perturbar tu sueño. 

He contado tus pestañas, que aún tienen que hacer sitio a otras para que salgan. He acariciado tu pelo, fino y suave, lo he cortado y peinado y lo he olido hasta quedarme sin aliento. 

Me he comido tus pies y tus mofletes, y he masajeado tu espalda embadurnando de crema tu piel mientras te cantaba al oído. 

Te he visto dormir plácidamente sobre mí y me he bañado en tu respiración y en el reflejo de tu sonrisa, que aún no me dedicas queriendo, pero que la siento ya como un regalo. 

Me has mirado con los ojos tan abiertos que he nadado en tus pupilas y me he olvidado del reloj. 

Y cada vez que sucumbes al sueño, cada vez que abres la boca en busca de alimento, parpadeas de cansacio o braceas ante un ruido, te miro y me pierdo en este sentimiento infinito que calienta mi pecho, que acelera mi pulso y que hace que piense lo equivocada que estaba al pensar en la inmensidad del amor. 

No tenía ni la más mínima idea. 

sábado, 15 de enero de 2022

ALEJANDRÍA

Alejandro vino al mundo un viernes a las siete y tres minutos de la mañana porque no quiso esperar más. La verdad es que, medicamente hablando, tuvo que haber otra razón para que eso sucediera que escapa a todo conocimiento, pero lo cierto es que llegó cuando aún no se le esperaba. La suerte- o desgracia, el tiempo dirá- de Alejandro es que tiene una madre que es un ansia viva y tenía ya todo lo importante comprado, montado y remirado, silla del coche incluída. 
Lloró fuerte, con ganas, alto y claro, con la cara muy apretada llena de vernix caseosa y sangre, y lo posaron en el pecho de una mujer que no dominaba ya cuerpo ni mente y sintió miedo por qué no sabía si lo estaba apretando demasiado contra ella mientras alumbraba una plancenta preciosa (sí ¡Son espectaculares!). 

Alejandro se agarró a la vida y, después de alguna complicación y tras casi un mes de incubadora, salió victorioso para cegar de luz los días y las noches, y hacer de una mujer, una madre; de un hogar, un nido de Alejandría; y de dos personas, una familia. 

Mi familia. 

martes, 11 de enero de 2022

Superpoderes

Ojalá tener poderes mágicos. Sería una súper heroína de las más maravillosas que ningún dibujante habria imaginado. Sin capas ni espadas, y sin un escote de infarto. Tendría, sin embargo, un sol tatuado de luz en el pecho, y seria capaz de iluminar tu corazón lleno de nubes. No tendría antifaz que cubriera mi rostro ni cinturón para llevar mis bombas de humo y desaparecer. No, pero de incógnito, observaría de lejos tus lágrimas y aparecería sin humos ni aspavientos, con muchos pañuelos de papel. 
Tampoco, para qué engañarnos, tendría una fuerza brutal, de esas que pueden levantar coches y doblar farolas... Pero no me importaría usar todo mi ser para abrazarte, y entonces mis brazos sí que te parecerían fuertes y reconfortantes. 
Por último, cogería alguna herramienta, como Thor tiene a su martillo. Te enseñaría con ella a construir unas alas como las mías, que hacen que llegue, tarde o temprano, a cualquier sitio que quiero. Aunque te confieso un secreto: no vuelan, pero me hacen pensar que sí puedo mientras me calzo mis zapatos más cómodos. Y llegar, llego. 

Quizá no sean superpoderes de verdad, ni se vendiese copia alguna de este cómic lastimero, pero tú te sentirías mejor, y yo también,nporque verte mal es mi peor criptonita. 

**Sigue andando... Pasito a pasito. Vas bien, vas bien en cualquier lugar que sople el viento.