lunes, 25 de marzo de 2013

Personajes V

Mª Luisa. 53 años. Madre y esposa. Tenía cáncer de estómago. La conocí en la planta de oncología del Virgen del Rocío en las prácticas de mi tercer año de carrera. Durante cinco semanas la tuve a mi cuidado y ella, la verdad, me tuvo al suyo. Clavaba en los míos sus ojos pintados con lápiz azul claro para resaltar su iris celeste, casi transparente. Eternamente expresivos en mi recuerdo. Fue paciente ejemplar, quejándose de lo que se tenía que quejar, dejándose hacer cuando no había más remedio.

Metastasiada (cáncer extendido), sabía que su final estaba más cerca que lejos y hablaba de la muerte como el que habla del nacimiento, parte inseparable de la vida, su cara con su cruz. Era feliz, me lo dijo. Con todas sus letras, desde la primera hasta la última. Aún con todo lo que le tocaba vivir en esa cama al lado de la ventana, con su sonrisa dulce haciendo más fácil la extracción de una analítica o el cambio de "jamón", como llamábamos a los botes de medicación intravenosa para reirnos un rato. No quería morir, luchaba. La única pena, me decía, era no tener la posibilidad de ver a un nieto. No daba ya tiempo.

El lunes después de la finalización del periodo de prácticas en planta fui a verla para contarle cómo había sido evaluado el trabajo que había hecho con su caso clínico. Su cama estaba vacía y ya no pude verla.

Se fue en paz la noche anterior, según me contaron. Como vivió, según me dijo. Le había dado un gran beso el viernes anterior y ella me lo había devuelto. Eso me lo guardo para siempre.

Este "Personajes" va por una de tantos pacientes que me enseñaron y lo siguen haciendo, día a día, que la vida merece la pena vivirla. Que la muerte forma parte ella y hay que mirarla a los ojos, porque tuya es la vida y tuya, también, será la muerte.

Va por ti, Mª Luisa. Gracias.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Ahora, levántate

Se dice, y bien es cierto, que el humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra (y tres... Y cuatro...)

Somos cabezotas. Muchas veces seguimos andando por el mismo camino lleno de espinas, visibles hasta el infinito, cuando el que tenemos al lado está lleno de lodo, pero sólo los primeros kilómetros... El resto de él se divide en mil pequeños caminos que, bueno, quien sabe a dónde llevarán.

Pero no... Nosotros seguimos rasgando nuestras vestiduras y sollozando entre arañazos, con tal de no cambiar nuestra rutina. ¿Tanto miedo da tomar una decisión? Sí, lo sé, la memoria es el único sitio del que no podemos evadirnos, pero se puede aprender a vivir con un presente que duele, porque en un futuro el dolor que ahora notas será pasado y ya sólo "dolió". Sólo será un recuerdo. Pero para eso debes avanzar por ese camino lodoso, por el que cuesta andar sólo durante unos cuantos de kilómetros y alejarte de ese que sabes seguro te va a dañar.

La vida está llena de caídas, la cosa está en saber levantarse siempre con mas energía y teniendo la certeza de que vendrán otras piedras, unas parecidas, otras muy distintas, todas con la idea de hacerte tropezar. En tu mano está saber esquivarlas y, si no lo consigues, vamos, arriba, sube, mira al frente... tu vida sigue y tú eres la única persona en este mundo que puede vivirla.

 

martes, 5 de marzo de 2013

Temazos XXXIX

Pues qué queréis que os diga... Este vídeo tiene de todo: buena música, buena puesta en escena, buena letra, emoción y un mensaje de esperanza, de no tener miedo a pedir ayuda a tu amigo (qué palabra más bonita esa, Amigo) y de saber enfrentarse a la contínua lucha de eso también tan bonito que nos pasa cada día, vivir.

En estos días de lluvia me gusta escuchar canciones con alma, y esta que nos trae Michael Jackson la tiene: "Will you be there". Por favor, disfrutadla.

 

PD: Una curiosidad que he encontrado mirando por la red: empieza con un guiño a Beethoven ( a la Sinfonía nº9).