martes, 20 de septiembre de 2016

El arma más letal

Y sin mirar veo que la nostalgia de aquel día recorre cada vello de mi piel, erizando a su paso los recuerdos del espejo en el que te reflejaste por primera vez. No te culpo del deseo refrenado de estas manos a las tuyas, ni del agujero que provoca tu ausencia a mi lado del sofá, estando pero sin estar.

No te culpo ni siquiera de aquella taza de café que dejó para siempre su marca en la moqueta de un hotel, víctima del amor desenfadado. Y sin embargo, te culpo de mi risa y mi sonrisa, de notarme flotar como burbujas a las que acaricia el soplo de un niño jugando en la plaza. Te culpo de mis noches sin dormir por quedarme velando tu respiración profunda, y te culpo de cada instante que el corazón me da un vuelco, porque me matas, porque me se me corta el aliento cuando me traspasas con el arma más letal y mortífera y a la vez la más sigilosa y placentera que puede haber en la faz de la tierra y en las almas inquietas: Tus ojos, cariño. Tu mirada.


domingo, 18 de septiembre de 2016

Sin prisas

Puedo volar. Tocar las nubes y bajar la estrella que quiera. Puedo volar. Sentir el viento mientras mi corazón intenta salir de mi pecho. Puedo volar. Surcar el cielo cuando la lluvia empieza a hacer presencia. Volar hacia mañana, hacia el mar o hacia la montaña, sin avión ni avioneta ni helicóptero ni nave espacial, sin globo, sin miedo, sin causa, con todas ellas, sin importar nada e importando todo y cada uno de los pensamientos y sentimientos, sin orgullo, ni maldades.

Sin prisas. 

sábado, 10 de septiembre de 2016

Tiembla

Vuelo a la raíz de tu baile, a tu cadera melosa y a tus pestañas curiosas. Viajo a favor de la vela de aquel velero en que una golondrina desafió al viento. Surco sin pensarlo un desierto de dudas, de llantos. Y miro a través de aquel cristal opaco de oficina hacia el escritorio que una vez hicimos nuestro. 

Cierto: podré reservarme frente al tiempo, pero el tiempo es guerrero y hace heridas al cuerpo. Cierto: el cuerpo es resistente, y desafía su suerte, hace frente al tiempo. Duelo de titanes que una vez más hacen temblar puentes, ríos, árboles, torres, casas, suelos... Y cielo. 

jueves, 8 de septiembre de 2016

Tampoco pido tanto

No me mires con los ojos llenos de pasado, ni me hables con palabras de verdades encerradas o esperes de mí un sonido diferente al de horizontes compartidos. No me cuentes si no quieres un segundo de tu vida, no me escuches un minuto, no me tientes ni me mientas, no me hagas de tu lecho una trenza de esperanza. 

Pero mírame con tus ojos, clávame tus pupilas y déjame perderme en ellas. Háblame lo que quieras y calla lo que debas, tiéntame todo lo que puedas y miente con mentiras piadosas. 
Vacíame.

Lléname...