domingo, 27 de abril de 2014

Relatos cortos: Segundas oportunidades

Dormía plácidamente cuando un zumbido daba vueltas de oreja a oreja, pasando cual bólido rojo, caballo con crin al viento en un galopar hacia el capilar principal de su dedo pulgar. 

Enciende la luz, ojos inyectados en sangre de ira despierta. Busca y no encuentra, sólo oye el zumbar y prepara el aplauso mortal. 

Y lo ve. Perdone el lector: La ve (pues todas las que pican, sin querer ser machista, son hembras) Una díptero! 

Pero se va, se va y no quiere ya picar. Quizá nunca quiso en realidad. Y la deja alejarse hacia el destino que ya no puede manejar. Ella, pensó, también tiene su corazoncito...

domingo, 20 de abril de 2014

Relatos corto: Tecnología

Miró al horizonte desde la silla de rayas blancas y azules. Una ola había borrado el mensaje que había colgado a su perfil de Facebook desde su móvil. Estaba muy de moda hacer eso. Y ella siempre se consideró cuanto menos actual. Sinceramente estaba bastante familiarizada con las redes sociales. Se manejaba en una masa social de seguidores importante... Y a ellos les debía información casi permanente. Le encantaba el feedback que producían sus mensajes ante gente la mayoría desconocida, aunque su padre siempre le decía que eso era un peligro ¡Qué sabría él, si ni siquiera sabía usar el Whatsapp! La era de la tecnología parecía haberlo saltado a la cabriola, con sus coces y todo, a pesar de no llegar a los sesenta. No sabía lo que se perdía.

Jugueteaba con una coquina de las decenas que había en el cubo de su sobrino, publicó que deseaba que todo le fuera bien al chico que pretendía batir el récord de distancia corriendo hacia atrás (como si lo estuvieran rebobinando en una cinta de VHS, rió) y pensaba, mientras hacía remolinos en el agua, que aquel día de playa era, simplemente, perfecto... Que así lo iba a describir después de una ducha y un par de onzas de chocolate en su blog y esperaría, esta vez en secreto y con paciencia de relojero, el primer comentario para ser infinitamente feliz.

sábado, 19 de abril de 2014

Relatos cortos: Hastío

Los plataneros se mecían merced al viento que se había levantado en la plazoleta. Parecía mentira que horas antes el sol estuviera calentando el banco donde estaba sentado mientras jugaba con la correa de Scot entre las manos. Ahora hacía un frío tremendo. Se había quitado las gafas de sol y las había metido en el bolsillo derecho de la chaqueta vaquera. Tenía un agujero, pero era demasiado pequeño para que las gafas se escurrieran y se perdieran. Seguro que al ponerlas encima de la cómoda de la entrada descubriría un arañón en los cristales ahumados. Otro más... ya no tenía el cuidado que antes ponía con ellas. Se había enamorado un día que pasó por el escaparate del Factory SunGlasses, pero como todo en su vida, el interés por ellas se fue apagando con el paso del tiempo... como se había apagado el día, tarde de viento y de nubes precedida de una espléndida mañana de sol y juegos. Sólo quedaba esperar si la luz llena de Catalina sería capaz de iluminar el camino de vuelta a casa.