miércoles, 15 de agosto de 2012

Lo que escribe la gente (II)

No hace mucho os dije que me gusta leer los blogs de otras personas que no conozco. Hace ya unos meses sigo vía internet a unos cuantos blogueros que con sus escritos hacen un poco menos monótono el día a día.

Hoy os recomiendo un blog de largo recorrido: Soyplastic. Como bien indica su autor, es una forma de traer la actualidad con un poco de burlesca, pero ¡Ojo!, hay artículos muy interesantes para el bien común español. Este es el caso del siguiente trozo de entrada que os pongo (titulada "El orgullo nos podría sacar de la crisis"):

Hay que seguir aportando nuestra máxima ilusión en todo lo que hacemos. Eso nos hará diferentes a la competencia y la gente siempre sabe elegir. Los habrá que prefieran un camarero sieso que sirve en vasos pringosos pero que el café le cueste 20 céntimos menos, pero en cambio hay otro público que pide a gritos ser tratado con delicadeza, como si fueran reyes, pese a que sólo te están pagando 1,50€ por un café.

PD: para leer la entrada entera (os la recomiendo), visitad su página: http://soyplastic.net/  ...y de paso os dais una vueltecita por el blog, que merece la pena! 

sábado, 11 de agosto de 2012

Piscineo con amigos

Tengo la suerte de tener buenos compañeros de trabajo. Y con la boca bien abierta digo que son algo más que compañeros. El pequeño gran grupo que hemos hecho merecía una quedada fuera de tanta máquina y tanto paciente, y así lo hicimos ayer entorno a una piscina (y menos mal... Porque los termómetros parecían derretirse a la par que nosotros). Reimos mucho, comimos algo y compartimos la familias.

Un día memorable, un día perfecto. ¡Gracias!

miércoles, 1 de agosto de 2012

Tardes de verano

Sentada en el sillón de mi padre en mi primer día de vacaciones... Es un gustazo coger las letras, juguetear con ellas un rato y comenzar a teclear con mi calle, la de siempre, de fondo. En la tele, aburridos ciclistas sintonizados en TVE por mor de mi hermano. Miro los adoquines desde el tercero y reflejan la luz, devolviendo el calor hacia arriba, igual que vuela ese mate amarillo (zapatero, para los no utreranos) en busca supongo, de algún sitio de refresco donde posarse.

Recuerdo las tardes de domingo en el campo de mi tío Pedro. Quizá hoy se consideraría maltrato (en fin... Nos estamos volviendo tontos, eso es otro tema) pero aquellos días cogíamos unos cuantos mates e hilos y les amarrábamos las colas a los reposabrazos de las sillas de mi prima Torri y de la Chica, sillas puestas justo al lado del pozo, en la dirección exacta hacia donde iban los rayos de sol destinados a tostarlas. Pobres... Por mucho que batieran las alas no se movian del sitio los bichejos... Alguno acababa escapándose cuando se le desprendía la última porción de su colita y quedaba en la grama el hilito inerte.

He de reconocer que aún hoy me dan ganas de irme a la caja de la costura cuando veo uno de esos volando a mi vera. Y de irme a tomar el sol, y de pasear por esos adoquines camino al Jardincito e ir al Porche de Santa María a comer pipas con Mahme y Alberto a la sombrita de la palmera y en compañía de la estatua de Rodrigo Caro... Quizá lo haga.