- ¿Y la súper?- en el control de la séptima norte me mandaban a la séptima sur.
- Hola, ¿y la súper? - en la séptima sur, me mandaban al despacho, ya vengo de allí, pero allá que voy. Y allí, ahora sí, te encuentro.
Me traías muchas veces de cabeza, ¡lo sabías y lo peor es que te daba lo mismo! ¡Cuántas veces me llamaste para que intercediera por ti para una inscripción en Neumosur o en cualquier otro congreso! "Tengo que hablar contigo" era la frase más recurrente, y ya sabía que me iba con deberes a casa. "Me falta una bipap" era la segunda... Y a mí sí que me faltaba cogerte de la oreja y llevarte al despacho para buscarla contigo. Tu cara de no haber roto un plato cuando la encontraba. ¡Me partía de risa a la vez que te mataba! Se te ponía cara de niña traviesa, la sonrisa se te hacia más infantil, con una mueca de vergüenza.
Abre el armario, miarma, el de la derecha, abajo, allí seguro que hay alguna, que parezco tu madre. Ah, no está, pues ahora me tengo que pelear a ver si os ponen otra...A ver, ya te digo algo, pero tú buscala. ¡Pues buscala más! ¡Pues pones una enfermera de más que de vueltas y las busque mejor! Sí, sí, ya veo la planilla que te falta una... ¿A quién hay que llorarle para que te manden del retén, que voy contigo? ¿No se le habréis dejado a medicina interna la bipap? No, las tubuladuras del Alto Flujo no las damos nosotros, eso las compra el hospital. Y tampoco tengo que darte esa mascarilla, que no está en catálogo. ¡¡Y que yo no soy quien te tiene que dar el dinero para las inscripciones, habla con Manolo!! Sí, yo lo llamo ahora para decirle que lo estas llamando para eso, pero los ojos de cordero degollado no me los pongas a mi. Ah, otra para inscripción para Rosa, sí, sí, yo me río ¿y tu con esa cara? ¡Pues dame ese caramelo entonces! ¿Te llegó el listado de equipos que tenéis que tener con las matriculas nuestras? Vale, te lo mando otra vez, pero te lo he traído impreso también. ¿Una ELA ingresada? Ahora me paso y le echo vistazo ¿Sabes donde está Emi?, tengo que verla para un tema de prescripciones. Sí, yo estoy hasta el infinito y más allá por no decirte hasta el coñ... Hoy me queda tela por aquí, así que sí te hace falta algo, voy a estar dando vueltas y luego al infantil...¡A ti te daba yo mi puesto! ¡¡Que no, que no, déjate, yo el tuyo si que no lo quiero!!
Ahora lo positivo, compañera.
Te he visto crecer como supervisora. Creo que debes tener el récord de tiempo en el puesto... No te recuerdo en otro en todos estos años, y son 10 ya los que te conozco.
Lo de arriba, Juana, era parte del trabajo. Lo más feo de mi trabajo: la parte comercial, sin yo ser nada de eso. Tú lo sabías, me habías conocido siendo enfermera rasa cuando empecé a llevar la ventilación del hospital, y cuando cambié de funciones y estábamos en tu despacho y me apretabas las tuercas, nunca perdiste la sonrisa. Con esa voz socarrona pedías y luchabas por tu servicio, veías en mi una aliada y siempre me trataste como una compañera. A pesar de que lo de arriba, para mi, era un suplicio, me lo hacías fácil, ¡aunque me dieras una pullita de vez en cuando y me tiradas a ver si caía algo!
Cada vez que te veía en el pasillo tampoco fallaba esa sonrisa en medio de tu cara.
¿Mis enfermeros bien? ¿Y tus niñas, cómo van? ¡Ostras, qué grandes! Ya mismo feria. Hombre, nos tomamos tres cervezas en la Separ o donde haga falta ¡No me digas que vienes a nuestro hotel! Claro, hablo para cena. ¿Uno más? ¡Anda que tu marido se lo va a perder!
Tres días han pasado y las RRSS me siguen bombardeando con tu figura. Tres días y apenas puedo creerlo.
Eras divertida. Eras buena persona. Eras buena compañera y una referente en el campo de la enfermería neumológica.
El mundo se ha perdido un gran ser contigo, el Hospital una gestora cercana, y tus compañeros una mano amiga, sin duda.
Y aún hay gente que niega que el virus maldito exista y mate. Y a tí, demasiado pronto, demasiado joven. La enfermeras estamos de luto.
Seguirás en mi recuerdo con esa sonrisa de niña pequeña cuando me veías al final del pasillo y seguirás con esa otra de pilla cuando conseguías algo. La sonrisa. Todo el rato, en cada momento, en cada situación. Eso es imborrable. Son muchos años que la llevabas siempre puesta... Y deberían haber sido más.
Vuela, Juana. Descansa en paz, súper.
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