Mi niño. Mi vida entera.
Hoy hace dos años que llegaste y sigo sin poder explicar el enorme amor que me haces sentir. Cada alvéolo de mis pulmones parece respirar por ti, cada gota de mi sangre, cada latido de mi corazón y cada pensamiento de mis trastocadas neuronas tienen un ápice tuyo. Y me acuerdo de mi vida antes de que llegaras y me parece todo tan lejano... Como si siempre hubieras estado aquí. Cuando me miras y me sonríes, cuando me abrazas, cuando correteas y canturreas, cuando curioseas por la ventana del dormitorio nada más levantarte, e incluso cuando te levantas de mal humor o aparece una pataleta, no puedo dejar de pensar que te quiero tanto que exploto de amor. Solo puedo dar las gracias al universo, porque llegaste a llenar aún más de felicidad mis días, a provocar un tsunami en todos mis esquemas y en toda la casa... Y nunca antes me había gustado tanto el desorden que me provocas.
Por muchos más años disfrutando de ti, por muchos más años a tu lado. Feliz cumpleaños, mi amor. Te quiero, mi pequeño colibrí.
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