Pensando esta tarde, se me ha ocurrido que hay muchas personas que uno se encuentra en su caminar que puedan llegar a calar hondo en el corazoncito del caminante. Por eso se me ha ocurrido ir, de vez en cuando, hablando de personas que para mí han marcado mi vida y me han hecho tal y como soy ahora.
Hoy,no se porqué, se me ha venido a la mente una en concreto, y os quiero hablar de ella.
Los que de verdad me conocen saben de mis creencias y aficiones y, a favor o a pesar de ellas, hay una persona con la que no me importaría tener horas y horas de conversación incluso de temas en los que seguramente discrepemos y en otros que lo más probable es que tengamos pensamientos paralelos.
Sé, estoy segura, de que es una persona muy querida en Utrera, mi pueblo natal y su pueblo de adopción. A esta mujer se le conoce como Madre Maria del Carmen y es una religiosa de la Sagrada Familia, el colegio donde estudié y me crié hasta los dieciséis años. Fue únicamente mi profesora de matemáticas en sexto de primaria. Un único año donde, la verdad, aprendí bastante de una materia que nunca me gustó. Entre tanto, hacía labores también de dirección en el Colegio.
Pero no os voy a hablar de su trabajo en las clases o en el despacho, os quiero hablar de su forma de ser, dulce como el caramelo, de la forma en la que hace sencillas las cosas, la forma en que te pregunta mientras te mira a los ojos, esos que esconde detrás de unas gafas, y en los que ves (al menos a mi me pasa) sinceridad, carisma, cariño... El otro día, en las largas esperas a consultas en un Centro de Salud tuve la suerte de compartir asientos contiguos, y ella, siempre con la sonrisa y la media voz, con el acento del norte siempre presente, me pregunto por mi familia, mi trabajo, mis inquietudes y hablamos de la Vida. Escuchó como pocas personas escuchan, y habló con la certeza que dan los años bien llevados, con una cabeza bien amueblada y a sabiendas de que los tiempos cambian como cambian las estaciones del invierno a la primavera. No se qué edad tiene (dice mi madre que ella la conoció igual que está ahora), pero lleva muchos años encima y, aunque la veo más delgada y mayor, cada vez que la veo sigue desprendiendo ese aura de tranquilidad, de sinceridad, de dulzura... De paz.
Qué grande eres amiga! seguro que cuando tu seas mayor, más de una persona escribirá palabras sobre ti muy similares a estas, porque muchas de las cualidades que tanto valoras, las tienes tu, y las sabes usar con los que te queremos! y tanta falta nos hace un simple café contigo!! Que sepas que si me alegro de haber echo el CAP el 90% es por haber tenido la oportunidad de conocerte y con el tiempo convertirnos en amigas!! hoy estoy moña (como siempre no?) pero tu sabes que me gusta decir las cosas, porque y si no hay mañana? po ya lo sabes!! que te quiero una jartá!
ResponderEliminarPersonas como tú son esas a las que me refiero en el primer párrafo de este texto. El cafelito que tenemos pendiente no pasa de la semana que viene. Un besote enorme y gracias por pasarte por mi rinconcito.
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