Al cabo de un rato estaba más calmado. El vaivén del vagón lo estaba introduciendo en un letargo que hacía que no doliera tanto pensar en el pasado y verse en el presente ocupando un asiento con destino a ninguna parte. Porque eso es lo que sentía, moverse hacia un lugar que no sentía suyo, y si no lo sentía suyo es que no era su lugar y por tanto no debía ir hacia allí.
De repente, el vagón se llenó de ruido. Se llenó de escombros y olor a sangre. Poco a poco se llenó de sueños truncados y de vacíos irrellenables. Se llenó de miedo, de desesperación, de tristeza y de impotencia. Se llenó de vidas sesgadas y la de muchos- y la suya- ya no volvió a ser la misma. Nunca más lloró por dejar atrás un pasado, sino por tener la oportunidad de vivir un futuro aunque no supiera exactamente hacia donde iba, y sin embargo, sentía que el precio pagado por descubrir esa verdad había sido demasiado alto.
Ninguna religión, frontera ni razón de sexo merece ni una gota de sangre derramada.RESPECT. PEACE. LOVE.
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