Y vuelta la burra al trigo. Qué manía de cambiar nombres a las calles de Sevilla. Que si Sanchez Arjona ahora se llama Nuestra señora de la Esperanza, que si General García de la Herranz se llama ahora Pilar Bardem y dentro de poco se llamará Nuestra Señora de la Merced...
Señores políticos, señores responsables de urbanismo, dejáos de tantas tonterías de cambio de nombres y dedicad vuestro tiempo a otras labores más productivas. Si es que hay veces que parece que estéis jugando al pito-pito...
Y a todo esto... ¿Nadie piensa en los pobres carteros, repartidores y demás personas que trabajamos a domicilio?
Totalmente de acuerdo...cambio el nombre de una calle, quito la farola y el banco que pusiste el año pasado...ains!!! más perdidos de lo que estamos, vamos a estar sin saber el nombre de las calles...
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