Me pasa una cosa curiosa. Imagino no será única ni mucho menos, y es que nunca tengo la sensación firme de que los sueños, cuando los sueño, son reales: siempre sé que son sueños, y, aún sabiéndolo no puedo evitar sentir congoja, alegría, euforia o tranquilidad. Es como saberte dentro de una escena en la que no encajan cosas, personas y situaciones, pero la parte subconsciente es el director y le dice a la consciente que debes actuar hasta el inevitable grito de "¡Corten!", y finalmente despertar.
Pensando eso durante esta mañana mientras conducía, he llegado a la conclusión de que es bueno y malo a la vez. Supongo que como todo en esta vida puede verse de diferentes formas, que la persona que ve el vaso a medio llenar puede no estar equivocado si de repente lo empieza a ver medio vacío y que tampoco es esto un signo de bipolaridad digna de psiquiatría. Así, me pasa que depende del sueño, me parece triste o balsámico dicha peculiaridad, y hoy, desde luego, no mola nada, porque ayer soñé que el paro empezaba a bajar y que el Hospital me llamaba para un contrato de larga duración, que por fin iba a poder dejar de dar bandazos y pasar frío o calor en la moto. Y en todo ese tiempo, en el que me regocijaba por mi nueva situación laboral, me quitaba de carretera y la remontada económica del país parecía un hecho, siempre supe que no era más que un buen sueño que me llevaría tarde o temprano a la realidad.
Algún día, eso sí, habremos de actuar sobre el manifiesto eterno del subconsciente y pasar a intentar que lo que se añora, lo que cuando caemos en el descanso se sueña con los ojos cerrados, pase a ser realidad. Pero realidad con los ojos bien abiertos.
Dulces sueños... Mejores despertares.
Me encanta! Y a mí también me pasa. Conociéndote ese sueño se hará realidad tarde o temprano por ser una tia luchadora como eres, sin ayuda de ningún gobierno ni político corrupto.
ResponderEliminarEres única... Somrie siempre! ;)
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