viernes, 22 de mayo de 2015

Un lugar

Vengo de un lugar no demasiado lejos de aquí, geográficamente hablando.
Para hablar de otros temas tendríamos que disponer de largas temporadas para ponerte al día, para entender porqué soy así, para saber qué es lo que mueve mi mundo interno.

No soy mucho en esta tierra. En la mía, quizá, soy todo a veces, y a veces soy nada. Ese es el núcleo de la conciencia, supongo. Saber cuándo eres algo, en qué lugar y en qué cuantía lo eres. 

Los humanos tienen un elemento curioso que va allá a donde ellos vayan. Sienten calor o frío en distintas medidas. Así, unos dicen ser calurosos y estar en pleno invierno con una manga a lo sumo, y otros se describen como frioleros, no dejando la manga ni con un sol de dunas calientes y vasto desierto. Realmente no hay explicación para que unos sean de una forma o de otra más allá que la de la bioquímica y la anatómica. Mi tierra es así, congelada a veces y ardiente otras... frío que te hiela y quemazón que llega al más profundo de tus sentidos sin miedo a mostrarse frente a la tuya, frente a tu tierra. 

Para hablar del lugar de donde vengo tienes que quererme como soy. Entonces entenderás por qué siento lo que siento o porqué giro de una forma diferente a la que tú tienes por costumbre... pero de forma sincrónica a como tú lo haces, complementaria. 

Mi lugar es aquel donde me encuentro bien, donde te encuentro bien. Donde me encuentras bien, donde te encuentras bien. 
Ven... voy a ponerte al día.


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