Hubo una época en la que me mofaba del refranero buscando por las redes esos mismos refranes pero disfrazados de palabras grandilocuentes. Por ejemplo: A palabras incoherentes producidas por mentes esquizofrénicas, la trompa de eustaquio permanece en estado de letargo total... A palabras necias, oído sordo; vaya.
A mi me gusta mucho el refranero español. Es una gran fuente de sabiduría popular y son tan veraces que a veces sorprende. Como todo, los refranes también van acompañados de música. Alaska es un personaje nacional que poco tiene de común, excepto su archiconocida canción "A quién le importa". Un único fallo a este himno de la libertad de pensamiento... Se debería poder cambiar el sujeto de la oración y poner un "tú" en vez de un "yo"...
Más claro, más claro... A quien le importa lo que TÚ hagas.
Pues eso.
Entalpía es una magnitud termodinámica. Se refiere a la cantidad de energía que un sistema puede intercambiar con su entorno. En mi caso y haciendo alusión al intercambio con el entorno, este blog pretende ser un espacio abierto a pensamientos y noticias para compartir con el mundo que me rodea.
martes, 20 de mayo de 2014
martes, 13 de mayo de 2014
Narrativa entálpica
Cuando viajas por las letras, las palabras fluyen describiendo situaciones reales o imaginarias, como fluye el agua cuando abres un grifo: depende de la tubería y seguro de algún otro elemento de la fontanería que a mi se me antoja profunda. Entonces el agua brota a borbotones como brota la sangre arterial en un corte, sale de forma continúa emulando un manantial que da la vida o a cuenta gotas, como el segundero de un reloj.
Preguntan a veces qué significan esta narración, aquella metáfora o la metonimia de más allá. Pienso, me tomo un minuto con cara de interesante y respondo: a veces nada y a veces todo. Normalmente me quedo aquí... Pero hoy, querido lector, te lo voy a explicar.
A veces son desvaríos de los dedos que corren por el teclado. A veces llevan ocultas las palabras mensajes de aliento para otras personas o para la que porta la pluma digital, y otras llevan dardos envenenados a quien nunca mereció una lágrima derramada. O quizá si pero las dejó de merecer cuando tomó las decisiones erróneas. Porque uno sigue siendo dueño de lo que sueña pero más de lo que hace o deja de hacer a pesar de lo que rodea el asunto. Cada loco con su tema. Pero loco dueño de su tema.
No es cuestión de juzgar. Es cuestión de narrar tu realidad con florituras o tu ficción barroca según sople el viento de levante o poniente.
Es una narrativa... ¿Cómo decirlo? Finalizada pero con ganas de más... Bonita en su insuficiencia, con punto y final pero a medias... Como ese beso que pedía la canción aflamencada de la que me enamoré perdidamente cuando la escuché en una voz amateur, rota, bella, incompleta..."el beso que sin darse se adivina..."
sábado, 10 de mayo de 2014
Olores fríos
Algunas veces traes un olor frío, azul, taciturno, un olor a desesperación y a semilocura. Una vez te olí mucho antes que tú lo hicieras. Se te olía a leguas. Y eso que no me considero persona con unas narices importantes... Es más, la propensión a la sinestesia en mí es tan común que a veces como, de comer comida, antes por los ojos que por la boca, por lo que me empacho antes de empezar casi.
En tu caso, este olor es indebido, inapreciable a veces, invisible otras, inapetente siempre, inteligente nunca. Pero como todo pasa con las manecillas de un reloj suizo, más pronto que tarde y mejor por la mañana, la pradera de los sentidos se abrirá paso por el espeso bosque muerto y correrás con tu pelo al viento, con pies descalzos, sintiendo como dejas tus huellas sobre la tierra. Olerás blanco, olerás puro y desprenderás olor a cordura, a manzana, a paz. Como otras muchas veces haces.
No te extrañes si las huellas se borran tras otro temporal... Pero en tu memoria estarán frescas, como tierra húmeda que alguna vez pisaste... Y allí, en la calma de la marea baja, la deberás buscar.
jueves, 1 de mayo de 2014
Vida
La vida a veces te da regalos tan inesperados que, a toro pasado, aun te queda el sabor de haber sabido disfrutar del momento.
A veces no basta ver, hay que mirar; no basta con oir, hay que escuchar; no basta con tocar, hay que palpar... Disfruta, mira, escucha, palpa... Saborea la VIDA.
A veces no basta ver, hay que mirar; no basta con oir, hay que escuchar; no basta con tocar, hay que palpar... Disfruta, mira, escucha, palpa... Saborea la VIDA.
domingo, 27 de abril de 2014
Relatos cortos: Segundas oportunidades
Dormía plácidamente cuando un zumbido daba vueltas de oreja a oreja, pasando cual bólido rojo, caballo con crin al viento en un galopar hacia el capilar principal de su dedo pulgar.
Enciende la luz, ojos inyectados en sangre de ira despierta. Busca y no encuentra, sólo oye el zumbar y prepara el aplauso mortal.
Y lo ve. Perdone el lector: La ve (pues todas las que pican, sin querer ser machista, son hembras) Una díptero!
Pero se va, se va y no quiere ya picar. Quizá nunca quiso en realidad. Y la deja alejarse hacia el destino que ya no puede manejar. Ella, pensó, también tiene su corazoncito...
domingo, 20 de abril de 2014
Relatos corto: Tecnología
Miró al horizonte desde la silla de rayas blancas y azules. Una ola había borrado el mensaje que había colgado a su perfil de Facebook desde su móvil. Estaba muy de moda hacer eso. Y ella siempre se consideró cuanto menos actual. Sinceramente estaba bastante familiarizada con las redes sociales. Se manejaba en una masa social de seguidores importante... Y a ellos les debía información casi permanente. Le encantaba el feedback que producían sus mensajes ante gente la mayoría desconocida, aunque su padre siempre le decía que eso era un peligro ¡Qué sabría él, si ni siquiera sabía usar el Whatsapp! La era de la tecnología parecía haberlo saltado a la cabriola, con sus coces y todo, a pesar de no llegar a los sesenta. No sabía lo que se perdía.
Jugueteaba con una coquina de las decenas que había en el cubo de su sobrino, publicó que deseaba que todo le fuera bien al chico que pretendía batir el récord de distancia corriendo hacia atrás (como si lo estuvieran rebobinando en una cinta de VHS, rió) y pensaba, mientras hacía remolinos en el agua, que aquel día de playa era, simplemente, perfecto... Que así lo iba a describir después de una ducha y un par de onzas de chocolate en su blog y esperaría, esta vez en secreto y con paciencia de relojero, el primer comentario para ser infinitamente feliz.
Jugueteaba con una coquina de las decenas que había en el cubo de su sobrino, publicó que deseaba que todo le fuera bien al chico que pretendía batir el récord de distancia corriendo hacia atrás (como si lo estuvieran rebobinando en una cinta de VHS, rió) y pensaba, mientras hacía remolinos en el agua, que aquel día de playa era, simplemente, perfecto... Que así lo iba a describir después de una ducha y un par de onzas de chocolate en su blog y esperaría, esta vez en secreto y con paciencia de relojero, el primer comentario para ser infinitamente feliz.
sábado, 19 de abril de 2014
Relatos cortos: Hastío
Los plataneros se mecían merced al viento que se había levantado en la plazoleta. Parecía mentira que horas antes el sol estuviera calentando el banco donde estaba sentado mientras jugaba con la correa de Scot entre las manos. Ahora hacía un frío tremendo. Se había quitado las gafas de sol y las había metido en el bolsillo derecho de la chaqueta vaquera. Tenía un agujero, pero era demasiado pequeño para que las gafas se escurrieran y se perdieran. Seguro que al ponerlas encima de la cómoda de la entrada descubriría un arañón en los cristales ahumados. Otro más... ya no tenía el cuidado que antes ponía con ellas. Se había enamorado un día que pasó por el escaparate del Factory SunGlasses, pero como todo en su vida, el interés por ellas se fue apagando con el paso del tiempo... como se había apagado el día, tarde de viento y de nubes precedida de una espléndida mañana de sol y juegos. Sólo quedaba esperar si la luz llena de Catalina sería capaz de iluminar el camino de vuelta a casa.
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