Un día, sus ojos dejaron de posarse en el marrón del cacao para bucear por el rosa de la fresa, el azul del pitufo, el blanco con motitas de la stracciatella o el claro amarillo del limón.
- Hoy la voy a pedir de cookies y yogur- se dijo un día.
Y estaba buena. Pero echaba de menos el chocolate.
- Hoy me apetece de melón con crema de leche.
Y estaba exquisita. Pero echaba de menos el chocolate.
- Hoy me la voy a pedir de chocolate y kinder bueno.
Y estaba magnífica. Pero se arrepentía de esa otra mitad que no era chocolate.
La variedad era maravillosa, había catado colores, sabores y la cremosa textura que se derretía lengua a través... Pero ninguno le interesaba tanto como el chocolate...Porque, sinceramente, no era helado de chocolate.
Y así pasó los años embargando su paladar a un solo sabor... Con la ventaja de saber que ese, y no otro, era su sabor favorito. Por los siglos de los siglos.
Sigo leyendote..y me encantas!! Soy Juani (madre de Maria) un besazo
ResponderEliminarOlé! Gracias Juani! Un besazo!!
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