lunes, 11 de septiembre de 2017

Relatos cortos: Congresos

La lluvia se apresuró en hacer acto de presencia. Pensó que lo hizo para no dejar en mal lugar a la aplicación del tiempo. El día se había tornado noche de repente y la noche anterior había estado iluminada por cientos de bombillas en un afán por que el día no terminase nunca. La cuidad amanecía como cada día con miles de historias por ser escritas y, sin embargo, la suya parecía ya estarlo. Como si de un déjà vu se tratara, miraba a su alrededor sin extrañar nada. Veía caras conocidas, oía conversaciones similares y hasta participaba de ellas. Charlas interesantes que encendían ideas y otras que aburrían a las ovejas. Pasta, pesto, mozzarella, amatrice, risotto y parmigliano con espumante y proscuito animaron el almuerzo, y un expresso lo trajo de vuelta a la realidad de un espacio frío, grande y lleno de los claroscuros de quien sale a la calle en sandalias cuando afuera está diluviando.

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