He contado tus pestañas, que aún tienen que hacer sitio a otras para que salgan. He acariciado tu pelo, fino y suave, lo he cortado y peinado y lo he olido hasta quedarme sin aliento.
Me he comido tus pies y tus mofletes, y he masajeado tu espalda embadurnando de crema tu piel mientras te cantaba al oído.
Te he visto dormir plácidamente sobre mí y me he bañado en tu respiración y en el reflejo de tu sonrisa, que aún no me dedicas queriendo, pero que la siento ya como un regalo.
Me has mirado con los ojos tan abiertos que he nadado en tus pupilas y me he olvidado del reloj.
Y cada vez que sucumbes al sueño, cada vez que abres la boca en busca de alimento, parpadeas de cansacio o braceas ante un ruido, te miro y me pierdo en este sentimiento infinito que calienta mi pecho, que acelera mi pulso y que hace que piense lo equivocada que estaba al pensar en la inmensidad del amor.
No tenía ni la más mínima idea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por comentar en Entalpías y hacerlo con respeto. ¡Que tengas muy buen día!