domingo, 4 de octubre de 2015

¡Ánimo campeonas!

La vida puede cambiarte un día con una sola llamada de teléfono. Esa, que se produce cuando alguien que hace su trabajo ve en una imagen una masa densa compatible con algo maligno que tiene muchos nombres pero una sola realidad, la necesidad de luchar contra ella. 


El cáncer se posa suavemente en muchas familias y arrasa en muchas otras. Todos somos víctimas potenciales de él pero la habilidad del humano, con sus investigaciones y cuidados, hace que podamos hacerle frente.

Las mujeres cada año, con la marea rosa que se produce en la carrera de la mujer, reivindican el derecho a la lucha, su gratitud a las que lo hicieron contra el de mama, su aliento a las que lo padecen y su esperanza en las mentes de las que nacen las medidas para prevenir y ayudar a superar esta enfermedad tan extendida. 

Y luego está la fuerza de las que les toca sufrir en sus pechos biopsias y amputaciones, mamografias y alguna que otra operación para minimizar el impacto y poder vencer. Otras, simplemente, no ganan.   

Va por todas esas mujeres mi admiración. Se me llenan los ojos de lágrimas y la piel se me eriza. Por las que están y se vieron las caras contra el cáncer. Por las que ya perdieron su batalla. Por las que siguen luchando y por las que tendrán que enfrentarse a ese momento que cambiará su vida. 

A todas ellas, ¡Ánimo: estamos con vosotras, campeonas!



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